Está demostrado que el ejercicio físico practicado de forma regular es beneficioso y necesario para la salud y bienestar general de todo el mundo. Este ejercicio físico debe ser adaptado a las posibilidades de cada persona.
Independientemente del tipo de diabetes que se padezca, la práctica de ejercicio físico es parte del tratamiento y contribuye a mejorar el control de la diabetes y reducir los factores de riesgo cardiovascular (tensión arterial, colesterol, obesidad). Además, la realización regular de ejercicio físico hará que aumente la sensibilidad a la insulina, provocando una disminución en las necesidades de insulina.
Su equipo médico puede ayudarlo a mantener un equilibrio entre la actividad física, la comida y la medicación.
Ejercicio físico y diabetes tipo 1:
Cuando se va a realizar ejercicio físico con diabetes tipo 1, es muy importante ajustar la dosis de insulina según los alimentos que se comen y la actividad física que se va a llevar a cabo.
Para evitar subidas o bajadas de azúcar bruscas, es importante planificar con tiempo y saber cómo responde cada persona al ejercicio. Esto puede variar en función de varios factores:
- Nivel de glucosa en la sangre antes de iniciar la actividad.
- Intensidad del ejercicio físico.
- Duración del ejercicio físico.
- Si hay insulina de acción rápida activa en el momento de la actividad física o no.
Es muy importante saber como está la glucemia antes de empezar un ejercicio. Si se está en hipoglucemia (<70 mg/dl) no se debe llevar a cabo hasta recuperar los valores normales. Igualmente, si se tienen niveles de glucosa muy altos (hiperglucemia), por encima de 250 mg/dl y hay presente cuerpos cetónicos en sangre se recomienda no realizar actividad física.
También, durante el ejercicio se pueden producir bajadas de azúcar, por lo que hay que estar preparado para tratar esas hipoglucemias. Lleve siempre consigo un alimento o una bebida con carbohidratos de absorción rápida (zumo, geles o tabletas de glucosa), que harán que le suba rápidamente el nivel de glucosa en la sangre.
Es importante que cada persona conozca como le afectan los distintos tipos de actividad, para ello debe medirse con frecuencia su nivel de glucosa en sangre antes, durante y después del ejercicio e ir aprendiendo su comportamiento ante esa actividad. Asi, podrá valorar como ir reduciendo sus dosis de insulina o sus ingestas de carbohidratos según vaya aumentando la intensidad del ejercicio.
También hay que tener en cuenta que, hay actividades que producen un descenso de la glucosa más rápido que otras. Incluso, algunas pueden producir un aumento puntual de los niveles de glucosa, como son los ejercicios de fuerza o alta intensidad, que aumentan el estrés y este eleva la glucosa, debido a unas hormonas llamadas catecolaminas.
Aunque la forma de actuar es individual, de manera general podemos dar estas recomendaciones:
– Si su nivel de glucosa en la sangre es de menos de 100 mg/dl antes de iniciar la actividad física (y nunca menos de 70mg/dl), debe comer un carbohidrato de acción lenta (barrita energética, 1/2 bocadillo, galletas…) para que le suba la glucosa y reducir el riesgo de hipoglucemia, sobre todo si el ejercicio durará más de 30 minutos. Si lleva bomba de insulina, podría evitarse el tener que ingerir alimento, actuando sobre la insulina basal durante la actividad.
– Si por el contrario, su nivel de glucosa está muy alto, por encima de 250mg/dl, debería medirse los cuerpos cetónicos en sangre u orina; si son positivos no se debe realizar la actividad, si son negativos podría llevarse a cabo sin problema.
El efecto del ejercicio puede presentarse incluso hasta después de 24 horas de su realización, presentándose hipoglucemias tardías; por eso, es muy importante tomar las debidas precauciones.
IMPORTANTE: Mantenerse siempre bien hidratado durante el ejercicio. Beba bastante agua además de bebidas isotónicas.
Ejercicio físico y diabetes tipo 2:
El ejercicio físico, junto a la alimentación y la medicación, es una parte fundamental en el tratamiento de la DM2. Combatir el sedentarismo ayudará a reducir la hiperglucemia con menor dependencia de la medicación, servirá para reducir el peso en caso de que sea necesario y, además, contribuirá a re-sensibilizar al organismo a la insulina producida por el páncreas. Este ejercicio debe ser adaptado a las necesidades individuales y realizado con regularidad (60 minutos al día como mínimo o alternando días 300 minutos a la semana).
Beneficios del ejercicio físico:
- Mejora el control de la glucemia ya que disminuye los niveles de azúcar y hace que la medicación actúe mejor, por lo que podría reducir la cantidad de medicamentos que toma.
- Ayuda a controlar el peso junto con la alimentación.
- Reduce la tensión arterial, el colesterol y otras grasas.
- Mejora el funcionamiento de la circulación de la sangre y fortalece el corazón.
- Hace que estemos más ágiles.
- Mejora el estrés y alivia la tensión.
Todo esto conlleva a sensación de bienestar y mejor calidad de vida.
Tipo de ejercicio:
El tipo de ejercicio más aconsejable es el ejercicio de fuerza y aeróbico combinado, es decir, realizar ejercicios como sentadillas, flexiones de brazos, utilizar pesos adaptados a cada persona y, en la misma sesión, realizar ejercicios aeróbicos de moderada-media intensidad como caminar, nadar, bici, correr, saltar a la comba, ejercicios en máquina como remos, elípticas, escaleras, etc.
El ejercicio no se debe improvisar, debe ser planificado junto con su equipo sanitario para que aporte todas las ventajas y disminuir los riesgos.
- Programa de ejercicio: Primero realizar ejercicios de calentamiento en base a la glucemia inicial de la sesión. Si la glucemia se encuentra por encima de 150 mg/dl realizar un calentamiento más aeróbico que de fuerza. Por el contrario, si la glucemia se encuentra por debajo de 150 mg/dl (pero nunca por debajo de 70 mg/dl), realizar un calentamiento con algún componente de fuerza; esto ayudará a mejorar el control glucémico durante la sesión.
- Intensidad: debe ser moderada y adaptada a su edad y estado físico. Déjese asesorar por su equipo sanitario y profesionales de la actividad física.
- Duración: De 30 a 60 minutos por sesión.
- Progresión: Si no ha realizado ejercicio con anterioridad inicie sesiones de 20-30 minutos, con intensidad suave y vaya aumentando cada semana de 5-10 minutos hasta llegar a sesiones de 45-60 minutos.
- Frecuencia: Diario, alternando los grupos musculares e intensidades para no sobrecargar al organismo o como mínimo en días alternos; sirve de muy poco hacerlo 2 días a la semana en sesiones de larga duración.
- Horarios más adecuados: Consulte con su equipo sanitario cuál es el más recomendable para intentar ajustarlo a su tratamiento o viceversa.
Recomendaciones y precauciones
- El ejercicio físico baja los niveles de glucosa en sangre y mejora la acción de la insulina o los antidiabéticos orales (pastillas).
- Se debe llevar azúcar, zumo, caramelos…en el bolsillo, para usar en caso de una bajada del nivel de azúcar (hipoglucemia).
- Se recomienda realizar ejercicio físico acompañado, sobre todo si se va a realizar actividad física en lugares donde no hay mucho tránsito de personas.
- Si no se tienen valores óptimos de glucosa en sangre, no se debe hacer ejercicio.
- El ejercicio físico favorece la pérdida de peso y el control de la presión arterial y del colesterol.
- Las personas con diabetes deben tener mucho cuidado con sus pies, por lo tanto, es importante revisarlos antes y después de hacer cualquier ejercicio; usar calcetines de algodón y zapatillas cómodas que sujeten bien el pie. Si hay lesiones en los pies no se debe practicar y consultar al médico.
- El ejercicio físico de fuerza debe ser pieza fundamental, así como la combinación de ejercicios aeróbicos, en sus sesiones de entrenamiento o práctica deportiva.
IMPORTANTE: Mantenerse siempre bien hidratado durante el ejercicio. Beba bastante agua además de bebidas isotónicas.-
Está demostrado que el ejercicio físico practicado de forma regular es beneficioso y necesario para la salud y bienestar general de todo el mundo. Este ejercicio físico debe ser adaptado a las posibilidades de cada persona.
Independientemente del tipo de diabetes que se tenga, la práctica de ejercicio físico es parte del tratamiento y contribuye a mejorar el control de la diabetes y reducir los factores de riesgo cardiovascular (tensión arterial, colesterol, obesidad).
Su equipo médico puede ayudarlo a mantener un equilibrio entre la actividad física, la comida y la medicación.